Los discos de freno hacen parte del sistema de frenos de un vehículo, este está encargado de reducir o parar la inercia de las partes móviles en contacto con el suelo, las ruedas.
En el sistema de frenos que muchos carros tienen, son muchas las piezas que resaltan. Pero en esta ocasión, la pieza estrella son los discos de freno, los cuales usan los frenos y hacen que estos tengan una mejor eficacia al momento del frenado.
Los discos fueron introducidos en los vehículos deportivos inicialmente, ya que estos demandaban una mayor capacidad de freno por las prestaciones altas para alcanzar grandes velocidades para competir, lo que generaba altas temperaturas.
Actualmente los frenos han sido introducidos en el eje delantero de toda la totalidad de vehículos que se fabriquen, aunque se siguen usando los frenos de tambor en el eje trasero en los vehículo de gama baja, como forma de reducir costos y simplificar la función del freno de mano. Ya que el mayor esfuerzo de la frenada se produce en el eje delantero, esta solución ofrece una alternativa razonable entre costo y seguridad.
Los distintos tipos de frenos son la principal causa de que existan varios tipos de disco de freno ya que estos se ajustan a las diferentes exigencias de los vehículos.
Hay diferentes tipos de discos a la venta en el mercado, dependiendo del tipo de superficie estos pueden ser lisos, rallados, pre perforados, perforados o mixtos.
Aunque, como ventaja de los rallados puede destacarse que no sufren del fenómeno “cracking”, como sí lo hacen los discos perforados, este fenómeno son pequeñas grietas formadas alrededor de los agujeros, visibles mas obviamente en los frenos de carros de carreras.
Estos discos pesan un 50% menos que los discos tradicionales de fundición de hierro y la ligereza siempre es una de las claves en los superdeportivos. Son, también, mucho mas duraderos, cuentan con una vida útil de 300.000 kilómetros recorridos, aunque esto depende del uso que se les dé. Tienen una alta eficacia, pues ayudan a reducir las distancias de frenado. Tienen una alta resistencia a altas temperaturas sin deformarse. También reducen la emisión de polvos finos y presentan mejoras en términos de ruido y vibraciones. Estos son unos frenos de los que pueden obtenerse el máximo rendimiento cuando se hace un uso intensivo, motivo por el que solo se ven en los superdeportivos.